Obra de Dora Blumenkranz

viernes, diciembre 05, 2014

Alegría




martes, diciembre 02, 2014

El psicoanálisis y la crisis del control en la infancia

El destacado psicoanalista francés, Eric Laurent,  dictó una conferencia titulada "El Psicoanálisis y la crisis del control de la infancia" en la que explicó que entre los desafíos del siglo 21, está de ver cómo el psicoanálisis enfrenta el movimiento del control de la infancia y examinó algunas paradojas.

En su Conferencia, Laurent afirma que la experiencia de la infancia ahora es mas solitaria que en el siglo 20. Dice que esta infancia está contaminada por el individualismo de masa de la época. Los padres se ven en dificultades para insertarse en el mundo del trabajo. Las mujeres madres son solicitadas al trabajo y hace que los niños sean más solitarios. También lo son porque tienen menos hermanos y los abuelos viven lejos. Estos niños solitarios pasan más tiempo en chats, internet, juegos de red o sentados frente al televisor. Todas esas pantallas miran hacia la infancia, la cuidan, instalan una dependencia que el niño reencontrará cuando sea más grande en ofertas de mercado en la droga adaptada a a la adolescencia. Asimismo, la experiencia del niño como objeto de goce va en contra de la posición del niño como ideal en el deseo de los padres. Siempre entran en tensión el ideal y el deseo del niño y el niño como goce.

Explica que  el siglo 20, se hablaba de la producción o fecundación asistida mientras que en el siglo 21, se habla de procreación reinventada por la biología. Damos gracias a la biología al inicio de una experimentación en los humanos asi: con las células madres se podrán producir óvulos y espermatozoides con las mismas células, es decir, 2 hombres podrán tener hijos con la fecundación de un embrión que puede ser introducido después en el cuerpo de una mujer, que se puede alquilar para la gestación, pero producida con el código ADN de los hombres. 

Concluye Laurent que esto no es reproducción asistida, es creación de un nuevo modo de introducir líneas reproductivas, de la cual sale una verdadera industria de producción de niños "high tech" que implica un constante control de calidad en todos los niveles. Es decir, es una infancia bajo control de la creación. 

Debora Spar,  escribió un libro decisivo que se llama "Baby Business", en el que plantea cómo el dinero, ciencia y la política, conducen el negocio de la concepción. Ella, como buena profesora de economía ha cifrado  esta industria en 3 billones de dólares. El precio de una gestación está entre 10000 y 75000 dólares,  El  de un óvulo está entre los 3000  y 100000 dólares, dependiendo de la calidad del genoma que se pueda descifrar. La creación de un embrión cuesta de 6000 a 20000 dólares. 

Lo que es seguro es que este control del niño desde su producción, desde la concepción, implica normas de regulación y surge la tarea de cómo regular. Los métodos de regulación se dan en dos modelos: el primero considera que el niño es un producto de lujo y no hay que regularlo. El segundo, considera al niño como una droga, que hay que prohibir o regular.  En Europa, se considera el niño como prótesis y es pagado por la seguridad social. Lo que se escucha en esta industria que se va regular con normas, leyes, mercado es el deseo de producción o de un niño sin defectos. Esta voluntad de cero defectos implica una multiplicación de los controles y normas para la infancia en gestación y así vemos cómo los sistemas tiránicos quieren controlar la producción de niños.  Todo esto conduce al control del niño y a la deshumanización de su educación. 

De esta manera se pretende que estos jóvenes de países como EEUU, China, Corea, resuelvan los problemas de las economías gastadas y lo único que consiguen es el suicidio de ellos. Las enfermedades mentales mas frecuentes  son el autismo, los trastornos bipolares, y el deficit de atención. Se da el caso de una sociedad enferma que controla los niños y los jóvenes y los lleva a la desesperación y al suicidio. 

Una sociedad está enferma cuando sus miembros y en este caso los niños, entran en el mercado de lo humano, es decir, se ofertan los seres humanos en una balanza del mejor precio y  las utilidades que dejan. Los niños y los jóvenes son el reflejo de una sociedad descompuesta, criados en un ambiente sin derroteros, sin ideales por un futuro difícil de definir. Estos niños y jóvenes se encuentran actualmente en posesión de los mayores, padres, educadores que los ven como objetos. Entonces, el niño o el joven sin identificación con los padres o mayores, se siente desamparado e inerte ante una situación realmente violenta que los conduce al suicidio o al consumo de drogas o a formar bandas o grupos de violencia. 

Finaliza Laurent diciendo que actualmente, el control de la infancia está en crisis y eso se refleja en los tratamientos psiquiatras que han aumentado en los últimos 20 años en un 33% o más.